Si quieres alcanzar el éxito empresarial es necesario tener una estrategia que te ofrezca una ventaja competitiva sobre el los demás. De esto depende el futuro de muchas empresas. Si no se planifica una estrategia que sea suficientemente sostenible, puede que la empresa no obtenga ventaja sobre sus competidores.
Michael Porter desarrolló esta idea en 1980. Considerado el pionero de la estrategia corporativa, Porter establece que es necesario tener una ventaja competitiva fuerte, que te diferencie y haga resaltar tu negocio frente a la competencia; o, de otro modo, no se asegura la subsistencia del negocio en el mercado.
¿Qué es una ventaja competitiva?
Para definir lo que es una ventaja competitiva, Porter recurre a la explicación de una ventaja que es única y sostenible; lo que supone que solo esa empresa posee esa ventaja. Esto trae muchísimos beneficios para la empresa, obviamente.
Beneficios de las ventajas competitivas
Las empresas que han logrado hallar y aplicar con éxito su ventaja competitiva, han mostrado un abanico de beneficios que abarcan desde mejores resultados; aumento en el tráfico de clientes; crecimiento de ingresos; hasta escalar de posición ante sus competidores directos, entre otros.
¿Cómo conseguir una ventaja competitiva?
Todo depende del ingenio que poseas para establecer una estrategia que te permita resaltar ante los diferentes negocios parecidos a tu propuesta. Existen muchas fuentes que pueden ayudar a generar una ventaja competitiva.
A la hora de desarrollar una empresa se debe pensar siempre en diferentes aspectos que puedan generar una ventaja competitiva. Podemos colocar como ejemplo la ubicación de tu empresa. Si tu negocio está ubicado en un lugar estratégico conveniente podrás conseguir una ventaja ante otras empresas que no están bien ubicadas.
Otros ejemplos de fuentes que generan ventajas competitivas son la calidad de los productos; las innovaciones en los mismos (que puede ser la presentación o algo que haga que sean reconocibles); la forma en la que se presta un servicio; la atención; las ofertas y, también importante, la optimización del coste de producción.
Ventaja competitiva y ventaja comparativa
Ahora que conocemos la definición que ha establecido Porter, es necesario establecer la diferencia entre ventaja competitiva y comparativa.
La ventaja comparativa se enfoca principalmente en un punto específico que genera una ventaja entre una empresa y otra. La definición plantea que se trata de la ventaja que obtiene un país, región o estado en comparación con otro, en cuanto a los costos de producción.
Esto genera una gran ventaja para las empresas, dependiendo del sector al que se estén dedicando. Una empresa dedicada a la agricultura, por ejemplo, en un país donde los rubros se producen muy fácilmente, tiene grandes ventajas ante otros que están ubicados en regiones donde el clima no lo favorece.
Tipos de ventajas competitivas
Por muy diferentes que puedan ser las ventajas competitivas de una empresa particular, estas pueden ser clasificadas de dos maneras; o eres el que ofrece el producto a mejor precio, o eres el que ofrece un producto diferente a los demás.
Liderazgo en costos
Este tipo de ventaja competitiva se consigue al establecer una estrategia donde logras obtener un precio mucho menor en los costos de producción. Si, además, lo comparamos con las demás empresas que compiten contigo sin reducir la calidad de tu producto, tendrás una gran ventaja.
Por lo tanto es posible ofrecer un costo mucho menor a los clientes y seguir obteniendo excelentes ganancias; ya que los clientes preferirán un producto más barato que sigue siendo de calidad.

Liderazgo en originalidad
Ser único y diferente puede ser una ventaja competitiva bastante conveniente. Ofrecer en tus productos características e innovaciones que los hagan reconocibles y únicos ante los productos de la competencia es una buena estrategia; ya que permite que eleves el costo de dichos productos por la originalidad que ofrecen.
Sin embargo, conseguir esta ventaja competitiva requiere de un estudio en el que se establezca la rentabilidad de dichas mejoras en los productos. Si los clientes valoras, aprecian, buscan y están dispuestos a pagar más por dichas características, tendrás una ventaja segura.