El mercado económico de Japón es el tercero entre las potencias mundiales, luego de Estados Unidos y China. Es una economía que se sustenta sobre la base de producción tecnológica, específicamente vehículos y artículos electrónicos; y la pesca. El yen es la tercera moneda más tranzada luego del dólar y el euro.
El país no cuenta con muchos recursos naturales por lo que depende de la exportación para abastecerse de recursos energéticos y tecnológicos. Entre los pocos recursos que tiene la isla encontramos el oro, magnesio, carbón y plata.
Por su parte, el sector agrícola solo ocupa el 11% del territorio lo cual corresponde al 1% del Producto Interno Bruto; asimismo, la actividad solo emplea el 3% de la población activa. Las dos cosechas más importantes es la producción de té y arroz; no obstante, el sector está subsidiado y protegido por el gobierno.
Japón posee un Producto Interno Bruto de aproximadamente 5 billones de dólares. Los ingresos de PIB se distribuyen, en un 69,5% en el sector servicios, mientras que la industrial tiene 29,5% restante.
Sin embargo, el mercado económico de Japón se ha repuesto de manera acelerada en los últimos años. Luego de la Segunda Guerra Mundial, su crecimiento económico fue constante pero no muy significativo, hasta la década cercana al 2000 donde experimentó un fuerte crecimiento; debido al control de las importaciones, una política de exportación en contrapeso a la anterior y una alta inversión en su economía interna. Se le denominó “el milagro japonés” a las estrategias planteadas.
Luego del 2001 la inversión del Estado fue por lograr una mejoría del PIB; para ello el gobierno se dedicó a pagar deudas y a la construcción de infraestructura que permitiera la movilización de personas.
Para el 2017 se realizaron unas nuevas reformas llamadas “Abenomics”, donde se permitió una flexibilización monetaria; ya que la inflación subió un 0,4% y los gastos públicos no eran suficientes para cubrir los gastos, sobre todo en el área de salud. Aún así, se decidió postergar para el 2019 el alza del IVA con la esperanza de llegar a un superávit primario en el 2020; fecha en la que se realizarán los juegos olímpicos.
Factores incidentes en el mercado económico de Japón
Uno de los factores que más ha ayudado al crecimiento económico es cultural, la dedicación al trabajo y a poner en orden sus cosas ha permitido que se creen lazos sociales y laborales efectivos.
Uno de ellos son las coaliciones realizadas entre empresas que tienen intereses económicos afines; así como los keiretsu, definido como las cadenas de producción entre fabricantes, proveedores y distribuidores de un producto. En ese sentido, al mantener una tasa de desempleo tan baja les ofrece seguridad a sus habitantes.
Industrias
La industria de automóviles es reconocida y valorada en el mercado mundial, aloja a varias de las mayores compañías automotrices, algunas de ellas; Mitsubishi, Toyota, Honda, Mazda, Nissan, Subaru, Suzuki, entre otras. Produciendo no solo automóviles sino también partes, maquinaria eléctrica, llantas y motores.
Otras de las industrias con relevancia en el país son las fábricas de manufactura de computadoras, electrónicas y de consumo; tales como Canon, Fujitsu, Hitachi; Nikon, Nintendo, Panasonic, Sharp, Sony, Toshiba, entre otras. Asimismo, se destacan en otros sectores relevantes el petroquímico, los textiles y el de alimentos procesados.
Los servicios, en el mercado económico de Japón, representan tres cuartos de su total. El comercio al por menor, la televisión, los seguros; el transporte, las telecomunicaciones y los bienes raíces son algunos de ellos. Japón se encuentra entre los primeros cinco países con mayor cantidad de empresas en la lista del Forbes global 2000.
El turismo es otro sector que está en auge y, como se mencionó, se espera que aumente para el 2020; fecha en que ocurrirán los juegos olímpicos y donde se espera que los números se tripliquen.
Aún con un crecimiento estable el mercado económico de Japón; puede tambalearse fácilmente ante cualquier cambio que afecte su producción manufacturera. De allí que se estimule el consumo interno y se convoquen medidas de protección y motivación para el trabajo dentro del país; pues, del mismo modo, se ha visto una fuga de investigadores, profesores y gente capacitada a otras latitudes. El índice de natalidad se ha reducido aumentando la edad promedio de sus habitantes; lo que pronostica una mayor demanda a su sistema de pensiones, y una exigencia igual o mayor a los jóvenes que se integran a la fuerza laboral.