En nuestro día a día, con pequeñas o grandes operaciones, formamos parte de un gran sistema económico. Dentro de él ejercemos distintos papeles, estamos directamente relacionados con su funcionamiento, y sin saberlo tenemos poder sobre él. El flujo circular de la economía rige este gran sistema. Nuestras acciones dentro de él lo elevan o hunden.
Flujo circular de la economía una propuesta sencilla
El flujo circular de la economía es un modelo que simplifica las operaciones que se dan en los mercados, y de las que somos parte en la vida diaria. Al comprar, ahorrar, trabajar, vender o hacer un intercambio, contribuimos a que este modelo esté en constante movimiento.
El flujo circular explica los distintos agentes económicos que se desarrollan en los diferentes mercados financieros. En una simplificación del modelo económico que propone dos tipos de agentes; los hogares y las empresas. Los primeros representan a los consumidores, y los últimos a los productores. Ambos participan en el mercado para satisfacer las necesidades correspondientes.
A estos dos agentes se les suma el Estado, y las productoras internacionales. Dos aspectos que le agregan dificultad al modelo, que parece ser sencillo y de fácil entendimiento para todos. Por ello en una primera explicación se evitan estos dos últimos agentes.
Empresas y hogares los grandes motores económicos
Los hogares son representados por los grupos familiares, o individuos; que pueden prestar sus servicios productivos a las empresas. Esta relación de trabajo genera un beneficio para todos, las familias encuentran sus ingresos y las empresas consiguen la mano de obra para llevar a cabo la actividad deseada.
Así se da un proceso circular, las familias trabajan para ganar dinero, que usarán para consumir bienes y servicios que las empresas ofertan. Este último aspecto, cuando los hogares pasan a ser consumidores; se llama flujo monetario. Las familias pagan por los productos que las compañías venden.
Por otro lado, las compañías productoras se desarrollan en el mercado gracias al trabajo de los hogares, lo que se conoce como el flujo real o de bienes y servicios. El flujo real hace referencia al momento en que los hogares ponen a disposición de un sueldo sus esfuerzos productivos.
Con el flujo circular en la economía hay una aparente ganancia entre el productor y el consumidor. Un modelo que se equilibra naturalmente; y que mueve el mundo en todos sentidos. Sin embargo, para algunos es un sistema no tan perfecto.
Consumo es igual a equilibrio
La base para que el flujo circular de la economía se mantenga en equilibrio es el consumo. Las familias al comprar promueven el desarrollo de las empresas, mientras estén en abundancia necesitarán más mano de obra; esto es igual a mayor oportunidad de empleo.
Al ser un sistema basado en el consumo, cuando atraviesa periodos de crisis sufre una enorme desestabilización. Si el consumo disminuye, las empresa se ven obligadas a reducir su personal, así logran mantener los costos bajos. Se crea una situación en la que el ejército industrial de reserva aumenta considerablemente. Es decir, la masa de desempleados crece.
Si las personas no poseen ingresos, no pueden consumir los bienes y servicios que los productores ofrecen. La crisis se agudiza más y la salida no es un lugar claro de momento. Esto es una consecuencia del flujo circular en la economía. Un modelo que parece sencillo, pero que ha traído grandes desventajas.
Algunos economistas apuntan a que la crisis se solventa con más consumo. Empujan a las familias a comprar, tirar y volver a comprar para salvar la economía; y lo logran. Unos cuantos años después el ciclo se repite. Ha pasado así a lo largo de la historia y se puede evidenciar en las grandes crisis mundiales.
Estados Unidos es el mejor ejemplo sobre cómo funciona, en su máximo esplendor, el flujo circular de la economía. El consumo es el principal beneficiario para este país.
En los felices años 20, la potencia mundial ubicada al norte de América experimentó un crecimiento económico enorme. Los agentes de la economía trabajaban en pro del sistema de flujo circular con devoción y alegría.
Más consumo, mayores puestos de trabajo. Más ingresos para los empleados, mayor capacidad para comprar. Lo que llegó después fue una terrible crisis, también circular. Menor capacidad de consumo, menos demanda, más desempleo. Todo redondo y cerrado según el flujo circular de la economía.
Lo sencillo se vuelve complicado
El flujo circular de la economía se ha instaurado como un sistema fácil y eficaz. Aunque las crisis asusten, y se intenten evitar, siempre llegan y parecen ser un proceso natural de la economía. No hay nada más que hacer que recurrir al consumo para revivirla.
Comprar, botar y volver a comprar, no solo por usted, también para un bien mayor. Gracias a este consumo las empresas pueden salir a flote y devolverle al país su estabilidad. Algunos intelectuales piensan que la paz, momento de equilibrio perfecto, no es un estado permanente, sino una etapa transitoria que antecede al momento de estallido; la guerra. En la economía se ha demostrado, con el modelo de flujo circular; que la abundancia es el punto que viene antes de la crisis que el mismo sistema apaña.
El mundo es lo que es, y el flujo circular de la economía es el sistema que manda. No por imposición de grandes señores economistas. Es la forma en que la economía se ha desarrollado de manera natural.
Es un modelo que se concentra en la explotación de los recursos, no en su satisfactoria y plena distribución. Lo que se traduce en poca amabilidad con el planeta y un tiempo de vida específico. Al ser los recursos limitados, no puede durar para siempre.
El flujo circular de la economía alcanza la estabilidad, y trae consigo crisis. Un desarrollo que se ha normalizado a lo largo de los años y que hace preguntar ¿es posible algo mejor?