Cuando nos referimos a créditos siempre pensamos en procedimientos engorrosos que implican mucho papeleo; con tasas de interés que nos hace cuestionar si de verdad necesitamos correr el riesgo de pedirlo o no. Aún cuando estas prácticas pueden ser así como las descritas muchas personas solicitan créditos. Algunos de estos pueden ser otorgados bajo la condición de pago de una cuota balón o capital indexado.
Mejor conocido por el término en inglés: balloon; en español se le conoce como capital diferido, cuota balón o capital indexado. Es una técnica para amortizar el pago de una deuda dejando un porcentaje más grande en la última cuota. Por lo general, este porcentaje no suele sobrepasar el 30%.
Es una técnica muy común en las personas que desean reducir el costo de sus cuotas mensuales; y dejar para lo último la cuota más fuerte. De esta manera, cuando se aproxime la fecha de pago; el solicitante del préstamo no pagará el 100% sino el 80 o 70%.
La oportunidad está en la negociación
Lo mejor es recurrir a este método solo cuando sea estrictamente necesario. Si aún, le sigue pareciendo la mejor opción recuerde que, al dejar el gasto más fuerte para la última cuota de pago siempre podrá renegociar con el banco para que financie la deuda restante.
En ese caso, se deberá acudir al banco cuando la fecha del último pago esté próxima a cumplirse y plantear la operación. El banco analizará su historial bancario y las posibilidades de cumplir con la solicitud; pues en ese momento se amplía el plazo de amortización otorgando de nuevo la posibilidad de escoger un nuevo plan de pago, tal y como si fuera la primera vez.

La ventaja de este producto, en comparación con el préstamo de tasa variable es que el crédito indexado permite una tasa fija que protege de la inflación a la institución financiera. Por ejemplo, si se plantea una tasa fija del 8% habría que sumarle la inflación minorista; para ello el banco analiza el monto otorgado, los precios de los bienes y servicios y la inflación proyectada. Una vez analizadas todas estas variables la tasa podría llegar hasta un 15%. Pero, para proteger a los usuarios los gobiernos suelen limitar el aumento de estas tasas en relación a la inflación y las cuotas anteriores.
En el caso español, la regla es no aumentar más del 1% de la cuota precedente; con lo que restringiría el aumento a un 12% anual más la tasa fijada por el banco. Si la inflación llegara a superar el porcentaje planteado el excedente pasaría a incorporarse al capital adeudado. Para algunos analistas este comportamiento es la principal desventaja de la cuota balón; para otros, es mejor recurrir a la indexación que a la tasa variable por la inflación y los mercados, ya que estos podrían afectar las tasas.
Créditos más comunes que recurren a la cuota balón

Por lo general, la cuota balón se suele aplicar a créditos hipotecarios o de seguros. Por ser préstamos más grandes y donde la gente suele comprometerse a pagar hasta el final. En el caso de los seguros es hasta un poco más riesgoso; porque el asegurado debe tomar esta opción solo en caso de que no cuente con alguna enfermedad terminal que le impida cumplir con los pagos. Si el asegurado llegara a fallecer, la aseguradora
deberá analizar bajo qué términos y condiciones fue pactado el contrato; ya que podría reembolsar el importe pagado a los beneficiarios.