El dinero es la cantidad de activos utilizados para realizar transacciones; en este sentido, entendemos que la cantidad de dinero es proporcional a los activos.
En las economías sencillas este volumen se mide con facilidad. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra encontramos que, en los campos de concentración, la cantidad de dinero se medía por la suma de cigarrillos que había en el campo. De igual forma, en la isla de Yap, el dinero se mide por el número de Fei (sistema monetario basado en piedras) que hay en la isla.
Sin embargo, ¿cómo medimos la suma de dinero existente en las economías más complejas? No es obvia la respuesta, ya que no se recurre a un activo único para efectuar todas las transacciones. La gente puede utilizar distintos activos para efectuar transacciones; algunos de estos puede ser el efectivo que lleva en el monedero o los depósitos que tienen en sus cuentas corrientes. Valga recordar que algunos activos son más cómodos que otros.
Tipos de activos
El primer activo a mencionar es la cantidad de dinero en efectivo, es decir, el volumen de billetes y monedas en circulación. La mayoría de las transacciones diarias se realizan utilizando efectivo como medio de cambio.
La segunda muestra de activo que se utiliza para realizar transacciones son los depósitos a la vista; esto se traduce en los fondos que la gente tiene en sus cuentas corrientes. Pongamos como ejemplo el caso de un vendedor que acepte cheques personales o tarjetas de débito; este tiene acceso a los saldos de las cuentas corrientes, por lo que se consideran activos tan cómodos como el efectivo. Es decir, los activos adoptan una forma de dinero que puede facilitar una transacción. Por tanto, los depósitos a la vista se suman al efectivo cuando se mide la cantidad de dinero.
Ya admitida la posibilidad de que los depósitos a la vista se incluyan en la cantidad medida de dinero, otros activos se convierten en candidatos. Algunos de estos aspirantes podrían ser los fondos de las cuentas de ahorro; cuya transferencia a cuentas corrientes es un procedimiento sencillo y que, además, es posible acceder a ellos por medio de tarjetas de débito. En definitiva, estos activos son casi tan cómodos como el efectivo para realizar transacciones. Uno de estos permite a los inversionistas girar cheques contra sus cuentas, son los llamados fondos de inversión en el mercado de dinero; aunque, a menudo tienen restricciones acerca de la cuantía del cheque o sobre el número de cheques que pueden extenderse. Dada la facilidad de uso de estos activos para realizar transacciones, es posible defender su inclusión en esta categoría.
Pero ¿qué ocurre con los distintos activos financieros como acciones y otros valores?, ¿también se contabilizan como dinero? Esto dependerá de la estrechez o amplitud de la definición de dinero que se utilice.
Las definiciones estrechas de dinero hacen referencia a los elementos que pueden ser gastados de forma directa; tales como, el efectivo y las cuentas bancarias. Por otra parte, las definiciones amplias de dinero también incluyen varios elementos como depósitos bancarios; que no pueden gastarse directamente pero que, de todos modos, pueden convertirse con facilidad en efectivo.