La creciente expansión del mercado chino ha llevado a la nación a extender sus fronteras. América Latina es un espacio geográfico muy atractivo para el gigante del comercio oriental. Las tierras del sur del continente, no solo tienen las dimensiones para construir grandes infraestructuras; también los recursos naturales para complacer a sus consumidores. En la ambición de conquistar otros espacios China y Argentina refuerzan sus relaciones.
China y Argentina una alianza de gran importancia
Las relaciones comerciales entre China y Argentina llevan años existiendo. Desde 1972 las dos naciones han establecido una conexión comercial de gran importancia. Para China, el país de América del Sur es el principal mercado para las importaciones de carne y soja.
Los consumidores chinos han demostrado interés en los productos argentinos. Con los años las importaciones incrementaron y los países afianzaron sus alianzas comerciales. Además, se han dedicado en los últimos años a realizar inversiones en los campos de la minería, las infraestructuras y los hidrocarburos.
China se alza como el principal comprador de productos alimenticios de Argentina, pero sus intereses en la nación no solo se relacionan con el consumo; sobre la mesa hay un acuerdo para construir una planta nuclear en terreno argentino, con tecnología china.

Los espacios de ampliación e inversión para la potencia mundial son vitales. Nada más el 15% de la superficie del país tiene la capacidad para el desarrollo de la agricultura. Con un promedio tan alto de habitantes es necesario conseguir otros territorios de producción. De modo que Argentina está en la mira de China, que quiere ampliar sus intercambios comerciales y desarrollar las actividades que en su territorio no puede.
China y Argentina refuerzan sus relaciones con el nuevo acuerdo para la construcción de una planta nuclear; Atucha IV y V, financiada en su totalidad por la gran nación oriental. El acuerdo aún no está concretado, pero se espera que los términos y condiciones queden claros para ambas partes lo más pronto posible.
Atucha IV y V es uno de los tantos proyectos energéticos que las dos naciones han desarrollado. A partir del 2006 se volvieron a encender los motores del Plan Nuclear Argentino, sin embargo, este estuvo pausado por 10 años.
China no se detiene, y su interés por el territorio Latinoamericano es cada vez más evidente. No es solo la situación con Argentina; sino también la constante renegociación que han hecho con la construcción de plantas energéticas. El cambio de gobierno, de Cristina Kirchner a Mauricio Macri, planteó una observación detallada de los contratos anteriores; en la que Argentina se vio desfavorecida en varios aspectos.
Otro punto importante resaltado por el presidente Macri sobre la construcción de las distintas plantas; es la obtención de un crédito que la nación no podía costear. Un aspecto que genera dudas sobre el nuevo acuerdo, en el que China financiará unos 9.000 millones de dólares para crear Atucha IV y V.
La afirmación del gobierno ante este proyecto contradice la decisión tomada en mayo de este mismo año de cancelar las construcciones anteriores. Ahora, dan el visto bueno a un financiamiento aún mayor. Ante la duda, los encargados de las negociaciones afirmaron que buscarán los máximos beneficios en este nuevo contrato; el cual se basa en un crédito flexible.
¿Qué es un crédito flexible?
Los créditos de este tipo se enfocan en aspectos que uno normal no. Al solicitar un préstamo a alguna entidad bancaria; la intención del prestatario es obtener beneficios de los intereses. Los créditos flexibles se usan como instrumentos para conseguir clientes. Es decir, es una forma de atraer a personas o países a la institución.
Lo más importante de la flexiblilidad de créditos es que con ello se aspira a ganar cuotas en el mercado. Por medio de ellos se dan a los clientes plazos de pago largos; en que los intereses no son altos o estrictos. En ese sentido, China y Argentina refuerzan sus relaciones con este crédito beneficiosos para ambos.
Las posibilidades de negocio se mantienen
Para Argentina se presentan facilidades de pago y un porcentaje de ganancias alto, producto de los beneficios monetarios que logrará la planta nuclear. China se ve beneficiada aún más, consigue ampliar su mercado, entrar en territorio argentino; y consolidar su tecnología fuera de las fronteras geográficas.
Parece que para China la entrada al sur de América es más importante que el riesgo financiero que puedan correr. Nuevamente apuestan por invertir su dinero en el territorio argentino, aunque anteriormente esta estrategia no terminó de concretarse a su favor.
Argentina dividida en dos posturas
Dentro del gabinete de gobierno han surgido distintas posiciones con respecto al nuevo proyecto, debido a su alto costo de producción. A los detractores de la construcción hay que agregar la negativa por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), que señala que Argentina no está en condiciones para aceptar un compromiso financiero de este tipo.
Por un lado, el país de América del Sur ha presentado una imagen de necesidad financiera ante distintos entes internacionales. Le ha pedido dinero a FMI, para equilibrar la crisis financiera; pero acepta pagar un crédito a China.
China y Argentina refuerzan sus relaciones en condiciones misteriosas y poco claras. Lo único que se evidencia son las constantes y fuertes estrategias por parte de China para penetrar en América Latina.
La nación oriental ya se ha introducido al sur del continente. En Venezuela es el acreedor más grande, con aproximadamente 28.000 millones de dólares de la deuda. Además, es el mayor comprador de petróleo de este país, sus adquisiciones representan el 40% de las exportaciones. Es claro que China busca asegurar, como sea posible, los recursos naturales de distintos países latinoamericanos; y sus consecutivas acciones para establecerse en Argentina demuestran que es un país que aprovecha las relaciones internacionales para expandirse.